Jamás me dijo dónde encontrarla, no me dijo cómo hacer para entender los escasos segundos en que la vi, la tuve y se fue.
Soy rezagado de lo que no fue, y qué puedo hacer si no soy más de lo que soy y de lo que doy y de lo poco que le dejo al Mundo. No soy de los que dejan huellas, pero sin embargo, hay quienes creen en mi, en eso que muy en el fondo existe y que muy del fondo asoma sus narices, y que no animo a dejar salir.
Soy rezagado de lo que no fue, y qué puedo hacer si no soy más de lo que soy y de lo que doy y de lo poco que le dejo al Mundo. No soy de los que dejan huellas, pero sin embargo, hay quienes creen en mi, en eso que muy en el fondo existe y que muy del fondo asoma sus narices, y que no animo a dejar salir.
Y aquí está la cuestión y el dilema de mis días. Ella. Ella otra vez. Ella que avivó lo que muerto estaba, lo que en lo oscuro y absurdo vivía y que así creí que sería siempre.
Y no fue así.
No se a dónde ir, pero sigo aquí. Caminando con rumbo, rumbo al ritmo de mis pies que siguen y siguen buscando adónde ir. Y mi vida.. Bueno, mi vida casi puedo decir que sigue igual, aunque sé que no y acepto que no y por eso lo remarco.
Mi vida NO es igual y solo, porque ella apareció por aquí.
Mi vida NO es igual y solo, porque ella apareció por aquí.