viernes, 24 de febrero de 2012

Muñeca

La música sonando fuerte a altas horas de la madrugada, la mayoría están cansados ya, y tienden a hacerse a un lado para fumar algún cigarrillo y buscar una última oportunidad de levante.
El resto simplemente se va o se queda a un costado, compartiendo historias y recuerdos con amigos, aún desinhibidos por el alcohol.

Sólo ella sigue bailando.

Una muñeca de porcelana, vestida de negro y rojo, que recorre el lugar bailando al ritmo de canciones sobre corazones rotos, engaños y salidas nocturnas.
Ella solo baila, deja que la música la lleve, sin ninguna resistencia o preocupación por quien la ve, o por qué puedan pensar los demás; simplemente se limita a ser ella, dejando en cada paso una firma propia, asegurando su estilo, imposible de seguir.
Inmune al afuera, ella baila, sola, con el tiempo de perfecta armonía y así ella se mueve, dándole envidia a la libertad misma. Volando, sin alas, con sus pies aún en el suelo siendo ella nada más.
Con su corazón y mente abiertos al Mundo, baila seduciendo al Universo, incapaz de conquistarla, coqueteándole con su conjunto negro y rojo, y su libertad hecha en casa.


Escrito por: Manuel Geraldo

Aunque digan

Aunque digan que no existes
no les voy a creer
si en mi corazón estás.

Aunque digan que es falso tu poder
no hay ciego peor que
el que no quiere ver.

Y tu has dado, a este Mundo
todo lo que hay para ver
y para conocer.

Me has hecho sentir amor
me has hecho sentir dolor
¿Y todo para qué?
Para al fin aprender.

Aunque digan que no existes
no les voy a creer
si en mi corazón estás.

Yo te canto agradeciéndote
por todo cuanto me das
y me has hecho entender.