martes, 14 de febrero de 2012

En busca de sueños cortos y viajes largos.


Bueno, habia una vez..
En un Mundo donde nadie dormia ni nadie bostezaba, un pueblito lleno de caritas. Caritas raras, caritas nuevas porque por las noches, siempre que el Sol salía, todo era una fiesta y como el sueño no existía siempre algún viajero que encontrara el lugar, se quedaba a vivir para siempre, anesteciado por la magia del lugar.

Una día, llegó una viajera. Venía de otro Mundo, cansada y con sueño. Tenia tanto pero tanto sueño que contagió a todos los del lugar. Pero para su sorpresa (y dándose cuenta del cambio que había hecho en aquel lugar) se encontró con un lugareño. Éste, quien le llamó mucho la atención, tenía una sonrisa picarona y contagiosa, lleno de una luz y un esplendor que jamás pudo olvidar.

Pasaban los dias y poco a poco todos caían dormidos al suelo y ella, se sentía un poco culpable, ya que a diferencia de los demás, estaba cada vez mas despierta. Raro, porque con tan solo ver comer, bailar, correr y saltar, a este lugareño, a ella se le pasaba el sueño. El lugareño, era medio despistado y colgado de la vida; claro, su vida era de noches de parrandas, por lo que jamás advirtió la presencia de la viajera.

En este lugar nada era duradero, porque siempre era un nuevo comienzo cuando caia el Sol, es que las fiesta comenzaban y nunca terminaban... Casi era perceptible el vacío de lo efímero que era todo y de la simpleza con que todo era olvidado.

De un momento a  otro, el lugareño se empezó a sentir solo.Comenzó a dejar de lado las fiestas y a ver más alla; a observar el lugar que lo rodeaba, pues se sentía un extraño en aquel lugar en que se vió nacer  y crecer. Caminó y caminó, hasta que se encontró con esta viajera que tenia ojos profundos y llenos de misterio y allí fue, cuando sintió que ese no era su lugar.

Ella al verlo, dijo:
 - Yo te voy a llevar a encontrar lo que tanto buscas, soy viajera, es lo que sé hacer. Y luego de observarlo con sus ojos profundos, le preguntó:
 - ¿Vamos?. 
Y él sin saber por qué, inmediatamente respodió: 
-Vamos.

Así se fueron, juntos, en busca de sueños cortos y de viajes largos.

Vidas paralelas


El sol ilumina ya la punta más alta del paredón trasero, los pájaros comienzan a silbar sus canciones mañaneras.
Tras sonar por tercera vez, estira su brazo y apaga la alarma, con los ojos todavía cerrados se sienta en la cama, tras refregárselos un poco y bostezar, se levanta.
Él comienza su dia, otro dia más.

El sol roza ya la baranda de su balcon, abajo, en la calle, comienzan a circular cada vez mas autos, y pronto comenzarán a haber más y más ruido.
Despertó antes que su alarma suene, con los ojos abiertos espera a que lo haga. Finalmente se cansa de esperar y se levanta.
Ella comienza su dia. Otro dia más.

Tras ducharse se sienta a desayunar.
No tiene hambre, no a esa hora, solo toma un café y escucha la radio.
Esta despierto.

Después de ducharse, se sienta a desayunar.
Se prepara un jugo y come unas tostadas mientras ojea la tapa del diario.
Esta despierta.

Enciende la televisión, ve el clima y pasa unos canales.
Tras lavarse los dientes, se arregla un poco el pelo y se mira al espejo.
Él solo busca alguien a quien poder cantarle.

Se lava los dientes, tras eso se maquilla y peina  frente al espejo.
Ella solo espera alguien que le cante.

Se para frente a la puerta, espera unos minutos, y cuando es la hora sale a la calle con su mejor cara de libertad.
El piensa que tal vez hoy pase algo.

Espera paciente que el ascensor la lleve abajo. Camina por el largo hall de entrada al edificio y sale a la calle con su mejor cara de fuerte.
Ella piensa que tal vez hoy pase algo.

Ellos no se conocen, nunca se han visto.
Sus vidas son distintas, ellos mismos son muy distintos.
Fueron hechos el uno para el otro, para estar juntos.
El no lo sabe.
Ella no lo sabe.
Ellos nunca lo sabran.




Escrito por: Manuel Geraldo

James Morrison - You give me something (traducida en español)