Palabras ajenas, palabras correctas. Palabras que hablan por todos, palabras que se funden en el corazón.

Reina Mía 


Desde que llegaste a nuestra familia
supimos que teníamos un ÁNGEL.
Un ángel que nos enseñó mucho
de todo aquello que los adultos 
a veces ignoramos.
Roci, nos enseñaste
que es bueno despertar cada mañana con una sonrisa.
Nos enseñaste que a pesar de que todo parezca estar mal
es bueno seguir sonriendo.
Nos conquistaste a todos
REINA MÍA,
y por eso hoy nos cuesta decirte ADIÓS;
pero aunque el dolor es muy grande
sabemos que siempre estarás con nosotros...


En cada rincón de tu casa 
y de la casa de todos los que te amamos
en cada uno de nuestros corazones,
en nuestros recuerdos,
los bellos y los de lucha...


Gracias Roci
por habernos regalado tu presencia,
tus abrazos
y ese inmenso amor que sabías trasmitir.


Desde tu partida,
hay una Reina entre los ángeles
y esa eres tu Rocío.




Dormí tranquila amorcito,
nosotros te cuidamos.


Te amaremos por siempre REINA.




Gracias a la persona que hizo esto.