domingo, 8 de enero de 2012

Mañana Gris



Hace 5 minutos dejó de llover.
Salgo a la calle, llego tarde, tengo que apurarme.
Debo llegar hasta la avenida, son tres cuadras, hay poco tiempo si no llego, si  pierdo el colectivo…
¡NO! No tengo que pensarlo, tengo que llegar, voy a llegar.
Las nubes cubren todo el cielo, y hacen que todo se vea gris. El viento sopla fuerte y me golpea, con un frio cortante.
Me detiene por medio segundo.
Medio segundo menos, el tiempo avanza muy rapido, se acaba. Cada vez es más tarde.
¡NO! Todavía hay tiempo, mientras no lo pierda, todavía puedo llegar.
Llegué a la avenida.
Ahora debo llegar a la esquina, el colectivo se acerca, tengo que apurarme.
El frio comienza a alejarse.
Y entonces la veo.
Una figura perfecta.
Se acerca, inmune al tiempo, al frio. Inmune a las deliberaciones de este destino mediocre que me tocó.
Su aura da color al fondo gris que la rodea, da calor; ella trae paz.
Dejo de caminar.
Pasa por mi lado, y por un instante, el mundo es de color, el frio no existe y me hace a mi inmune a la atmosfera depresiva que me persigue desde el momento que salí de casa.
No me nota.
Continua caminando, siguiendo su propia vida y alejándose más y más de la mia.
El frio regresa, pero más intenso, más cortante y el fondo se torna gris nuevamente, más apagado, más triste.
El colectivo pasa, sigue adelante, y se va.
Ya es tarde, los perdi.
Ya no importa.








Escrito por: Manuel Geraldo 

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